Gotelé, ese viejo conocido

El constante debate sobre este viejo conocido: ¿le da aspecto viejuno a tu vivienda o vuelve a ser tendencia? ¿Queremos realmente quitarlo? ¿Será muy caro?

Cuando entras a una casa cubierta de gotelé, sabes que hay muchas historias por contar en esas paredes. Aunque despreciado por muchos, es una tendencia que está resurgiendo, sin embargo, eso no quiere decir que deba gustarnos.

En el ámbito de la decoración, el diseño de interiores y las viviendas en general, pocas palabras tienen tanto sentido y son tan extendidas como el gotelé. Es ese gran compañero de las casas antiguas, con sus protuberancias en las paredes y las dificultades para colgar un póster de tu actor favorito con cinta adhesiva. Pero todo tiene una explicación, y para algunos, mantenerlo es casi una cuestión bíblica. Nos esforzamos por rehabilitar edificios, restaurar los suelos hidráulicos o conservar los marcos de ventanas originales, pero eso sí, el gotelé desaparece de cualquier hogar, a pesar de que su presencia dice tanto sobre un hogar como cualquier otro elemento.

Pero empecemos por el principio: ¿Qué es el gotelé?

Según los expertos, el gotelé es una técnica de decoración de paredes que consiste básicamente en aplicar una capa más espesa de pintura de lo habitual (conocida como pintura al temple) para crear grumos o gotas. Puede aplicarse mediante pistolas de proyección por aire comprimido, tirolesas o rodillos especiales.

El resultado es una pared con una textura rugosa. Dependiendo del grosor y la composición de la pintura utilizada, las irregularidades pueden ser más o menos pronunciadas.

¿Para qué se utiliza?

Se solía utilizar para disimular las imperfecciones de las paredes. De hecho, en los años 70 en España, era el acabado preferido por las empresas constructoras para ocultar posibles defectos surgidos durante la construcción. Si una pared no es completamente recta o presenta desniveles, el gotelé puede hacer que estas irregularidades pasen desapercibidas. Además, es la técnica más económica para cubrir una pared.

Sin embargo, a pesar de que está volviendo a ponerse de moda, no suele gustar tener gotelé en casa, ya que da una impresión de antigüedad, incluso en pisos relativamente nuevos. Por lo tanto, es probable que quieras eliminarlo. No obstante, debemos señalar que consideramos que es una lástima hacerlo, de ahí que mencionemos que tiene un precio, tanto emocionalmente, ya que implica despedirse de un estilo característico de una vivienda, como económicamente.

Eliminar el gotelé plantea algunas cuestiones desde el principio. Por ejemplo, no es lo mismo simplemente eliminar el gotelé que eliminarlo y alisar la pared, o eliminarlo, alisar y pintar. Todas estas variables tienen un impacto significativo en el costo final. También influye el tamaño de las gotas, ya que eliminar gotelé con grumos grandes suele ser más difícil. Sin embargo, es posible cubrir fácilmente gotelé con gotas pequeñas o grano fino utilizando pintura o una pasta especial para cubrir gotelé.

Además, el tipo de gotelé es otro factor a tener en cuenta. El precio puede aumentar si se ha aplicado pintura plástica, que es casi imposible de eliminar, lo que hace que los profesionales deban cubrir directamente el gotelé sin rasparlo. También se debe tener en cuenta el estado de la pared.

Teniendo en cuenta toda esta información, el costo de eliminar el gotelé puede oscilar entre 5 y 12 euros por metro cuadrado. Si se desea alisar y pintar las paredes, el precio podría situarse entre 10 y 30 euros por metro cuadrado. Sin embargo, debemos tener en cuenta que estas cifras son solo orientativas.

Si no tienes ni idea de reformas o no eres precisamente un manitas, te recomendamos que consultes a un profesional para solicitar presupuesto. Pero si, por el contrario, estás dispuesto a ponerte tú mismo cara la pared, pasa primero por Valdonaire y mira las diferentes alternativas que tenemos para ayudarte a acabar con ese viejo conocido que ya no pinta nada en tu hogar.